Ven a mí, tierno corazón,
seré fresca y fina lluvia,
huracán que te agita y suelta
en un desolado territorio.
Encenderé en ti un volcán
y recorrerán ríos de lava
ardiente
tu comarca.
Seré fuego arrollador
que calcina un bosque
o el frío y blanco mármol
de tu tumba,
abrigo cálido,
paz de un mar en calma.
Te abandonaré al desasosiego,
a la tristeza de una prisión
sin horizonte.
Serás alegre risa de niña,
la herida que te desangra
lentamente,
el puñal que te desgarra
en un instante,
la explosión de colores
de fuegos artificiales,
el silencio oscuro del mundo.
Seré tu hada buena,
tu bruja mala,
tu suerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario