¡Ay, el tiempo, que acabará
devorando a sus propios hijos!
¿No quedó reducido aquel
hermoso y jovial presente
a cenizas de un pasado?
Del mismo modo, ¿no engullirá
este nuevo ser que se gesta en un futuro?
¿No colmará su hambre con
futuros de otros presentes?
Progenitor insaciable con
voraz apetito de eternidades
que convive sin escrúpulos
entre sus muertos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario