En la espera la lucha no cesa.
Busca los resquicios
entre las piedras de la ilusión,
el apoyo en el muro,
los ojos pendientes del instante supremo,
ese que todo lo rompe o lo compacta.
Se entrega como un presente,
o son las uñas que arañan.
Recuerdas los fracasos frente a los triunfos,
la batalla que siempre gana el enemigo,
porque la suerte es edelweiss de las altas montañas.
Sabes que existe y que toca con sus finos dedos
la superficie de las cosas.
Deseas que, llegado el momento,
te arranque las ropas y te posea.
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