Soy niño del mundo,
me parieron así sus sombras,
moldeó mi figura deforme
la quebradiza luz del velamen
y dio voz a mi garganta
el aullido del viento.
No tengo culpa de los
monstruos
que han creado estas tinieblas.
Pavesa será mi cuerpo
para su bendita estancia
y ajuar para su cuna, mi alma.
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