Dicen que su cuerpo es frío,
recto en sus formas,
medido en su comportamiento,
sistemático en sus costumbres,
obsesivo perfeccionista,
calculador nato.
Parece que su vida transcurre
entre libros, encerrado
en complicadas operaciones,
sin embargo, está presente
en la naturaleza y frecuenta
las ciudades
en ínfimas y enormes cuantías.
Puede ser partícula dura de
piedra
y parte sensible de nubes y
flores.
Su reino está en los cielos,
dios omnipresente,
más que trino, infinito,
eterno paradójico sin número,
de ignota estimación,
con exponentes
inconmensurables.
Universo donde la verdad se
esconde,
insistimos en dar con su
íntima esencia.
Enfrascados en arduos
planteamientos,
buscamos su resolución.
Para hallar tan ansiada
respuesta,
la solución razonable de
nuestro existir,
indagamos en estructuradas
teorías,
tratando de intuir su
expresión mínima
o alcanzar su máximo valor
persiguiendo un sueño
imposible.
Es incalculable la cuenta
de sus caudales,
cuando alcanzamos la perfecta
fórmula
que confirma nuestra
hipótesis,
gritamos eureka.
Hablamos de un tipo muy
racional,
con un carácter complicado
y trato difícil.
Tiene tanto poder
que da un poco de miedo,
tal vez por eso, no hace
amigos
entre los niños.
Aunque su evangelio predique
que se acerquen a él,
muchos serán los llamados
pero pocos los elegidos.
Busca el resultado concreto y
determinado
o el impreciso decimal.
De carácter voluble, puede ser
positivo y negativo,
y metódico para hallar las
incógnitas
de sus sistemas de ecuaciones.
Cuando aparece en escena,
ceñido en un elegante traje,
cuadrando cada línea,
calculados todos sus pasos
con total precisión,
es un gozo cómo se maneja
con destreza en su particular
ambiente,
conocedor impecable
de los convencionales
formulismos,
pertinaz entrenador y genuino
experto
en capacidades mentales,
facilitador en resolución de
problemas,
y excepción que confirma la
regla.
En el caos más complejo y
obtuso,
mantiene el ángulo recto.
Con una pequeña raíz produce
toda una cosecha fructífera
y, si se lo propone,
es capaz de encontrar
la cuadratura del círculo.
Todo un correcto
desarrollo
con un final orientado al cero
infinito.
Le gustan las letras y juntos
hacen
un binomio bien avenido.
Acumula teoremas que acreditan
sus aptitudes y conocimientos,
siempre apuesta a pares y
nones
en la vida.
En su familia hay una larga
lista
de primos y compuestos con
elementos comunes,
distribuye sus cantidades en
fracciones.
En cuanto a la expresión de
sentimientos,
parece frío código,
rígido como una norma,
habla con abreviaturas
a veces, en clave,
símbolo de la razón exacta,
signo, icono de la ciencia.
Alto índice de puntuación
en inteligentes maniobras que
mueven
cantidades exorbitantes,
con empresas que combinan
cifras y siglas
de relevante importancia.
Parece hielo como témpano,
sin emociones ni alma,
sólo mente lógica,
más yo lo vi embrión
protegido en la matriz.
Más tarde, en el colegio,
aunque matemático y cabal,
se mostraba cariñoso y afable,
entre canciones y juegos.
Aumenta su capacidad,
elevado a una potencia,
multiplica y divide
sumando beneficios,
o resta de uno u otro lado,
haciendo balance
para llevar la contabilidad.
A veces, es complicado de
entender
pues es bastante abstracto su
lenguaje,
y resolver su enigmático
secreto
trae de cabeza al ser humano.
No todos llegan a apreciar
todas sus posibilidades,
sólo alguna de sus funciones
más cotidianas
se le mostrarán a la mayoría
de los seres,
guardando su arcano en el
cofre
para los más privilegiados,
los que tal vez lleguen a
conocer
la fórmula secreta de la
existencia.
Aquellos que disfrutan de su
compañía
pasan horas juntos,
manejando cómputos
resolviendo problemas,
hipótesis y presupuestos,
el acertijo se resuelve, por
lo general,
con complicadas estrategias y
algoritmos.
Es frío, dicen, y tal vez sea
cierto,
que le importan poco nuestros
cálculos
si no seguimos sus reglas,
yo sólo sé que, por la noche,
como una nana con él hago
recuento,
me acuna y adormece,
calmando mi cabeza de
conjeturas absurdas
con su melódico guarismo:
uno, dos, tres…, hasta caer en
el sueño
donde su ley,
ya no existe.
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