Quise poner distancia,
tierra de por medio,
huir del caos que apretaba
mi garganta,
sin dejarme respirar.
Buscaba otros rincones
con matices diferentes.
Reiniciar la maquinaria,
corregir el extraño ruido
de sus circuitos internos,
que con tozuda insistencia
torturaban mis oídos.
Esperar que el aire
menos húmedo y plúmbeo
genere la dinámica
de un movimiento fluente,
sitúe los dientes en la rueda
cada uno sobre su anclaje
en armoniosa melodía.
Bajo un cielo estrenado,
un amanecer para un recién
nacido sol
y en el espejo de la luna se
mirara
la novia virgen en la dulce
noche.
Aunque no importa donde estés
ni el suelo que te sustente
si en el firmamento brilla,
una estrella.
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