p e r f i l e s d e c i u d a d

lunes, 4 de junio de 2018

Eterno renacer


Cada día renacemos y volvemos a morir,
cada vida comienza como un sol naciente
que avanza por el firmamento
desde la fresca y luminosa infancia.
Alcanza el cenit de su fuerza
en la poderosa y apasionada juventud
hasta que llega sin remedio su descenso,
cediendo espacio a su energía
entre los lánguidos rayos
que aún prometía su madurez.
Implacables, aparecen
los fríos malvas devorando
las entrañas de su ya débil luminiscencia,
y acaba exhausto y vencido
este dragón de fuego
que, finalmente,
es tragado por sus propias sombras.

Lo recibirá otro nuevo amanecer
tras ese ocaso.
En otro lugar distinto
proyectará como un nuevo sol.
Igual que un recién nacido
llegado al mundo,
su mismo recorrido,
ese eterno círculo vicioso
de morir y nacer,
nacer y morir,
prodigiosa parábola
que dibuja
el horizonte de la vida.


No hay comentarios:

Publicar un comentario