p e r f i l e s d e c i u d a d

lunes, 18 de junio de 2018

Se van


Se van los días de invierno
y llega la primavera jovial,
pizpireta y sensual naturaleza.
Hasta las piedras tienen erotismo.
Se van los veranos con las tardes
frescas y la oscuridad clandestina.
Llega el frío al tuétano de tus huesos
y el olvido de las noches fecundas.
Se van los juegos en el patio
por otros recreos,
los libros de texto por apuntes,
los ángeles de la guarda
para custodiar otros tálamos.
Llegan la lucha de poderes,
los horarios sin concesiones,
los desacuerdos y los pactos,
los amores primeros e iniciales odios,
las idas y venidas,
las preocupaciones de mayor peso,
los primeros rasguños del amor,
que escuecen y tardan en curarse.
Se va la vida con paso rápido
y llegan las pausas del tiempo.
Se fueron los días como hojas
por el viento arrastradas
sin resistencia.
Aquellos que lucharon por ganar
en tan imposible meta,
con las horas apegadas a los rincones
asegurando un triunfo perdido,
quedaron arrumbados entre restos de basura
de un pasado,
la mirada triste de un ayer,
la desesperanza de un mañana.
Una memoria surcaba los cielos
en múltiples presentes,
se elevó por el aire de los instantes
y se posó por las sendas pisadas,
de la mano como una niña,
y, al ritmo de nuestros pies,
se hizo vieja por el azaroso destino.
Se van los meses y llegan los años
cargados de espalda.
Se transforma el germen en fruto
y del fruto nuevo germen,
siempre la misma esencia
con traje distinto.
Se va la vida y llega la muerte,
tras ella, otro existir perpetuo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario