p e r f i l e s d e c i u d a d

domingo, 1 de julio de 2018

El centro de gravedad permanente


Odio este centro que sirve apenas para nada,
sólo disgustos me trae, dolor y duro trato.
Su limitado servicio
más quebraderos que alegrías entrega.
Ese punto negro que mi radar señala
alerta de un peligro del que no puedo
defenderme.
Ahí donde el placer ejerce liderazgo,
concentran intereses y ofrecen recompensas.
Es foco de atención su variable medida,
que dibuja en la gráfica la línea roja
donde sus valores decrecen.
Entre sus canales subterráneos
las ratas buscan la basura,
comen de la podredumbre ajena,
se alimentan de microscópicos cadáveres.
No es pecado para merecer este castigo
que impone la penitencia de este tormento.
Acompañan las coordenadas de tiempos y espacios
las marcas de este vivir vigilado.
Mejor haber sido el tierno cupido
sin sexo,
que esta Eva sin su paraíso.

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